En realidad, esta no es una palabra especial en cuanto a los símbolos Kanji que la forman. Se puede utilizar en situaciones muy normales como para hablar de la corriente de un río o de algo que fluye. Sin embargo, yo le veo un significado más profundo. Y no soy el único, porque esta es una palabra que se utiliza a menudo en los poemas Haiku. Ya no solo por lo bien que suena, sino por ese componente poético que tiene.
Nagare
流れ
La corriente que fluye
Nagare habla del agua que fluye. De una corriente que se mueve sinuosa por la superficie, avanzando a pesar de los obstáculos. De alguna forma, el agua casi siempre encuentra el camino para seguir descendiendo hasta llegar al mar como último destino.
En mi opinión, alberga una de las enseñanzas más importantes que existen. Y es la necesidad de aprender a fluir con la vida. A navegar esa corriente que a menudo, no nos lleva a donde queremos. Aquellos que me conocen, saben que soy una persona que planifica las cosas. Desde hace ya mucho que trato de visualizar cómo quiero que sea mi vida, no solo para el presente, también para el futuro. Creo que es de vital importancia establecer objetivos que nos permitan encaminarnos allá a dónde queremos ir. De no hacerlo, sería como navegar por el mar sin dirección. Muy posiblemente, acabaríamos dando vueltas.
Pero por otro lado, que bueno es ser consciente de que por mucho que queramos planificar y fijarnos metas, la vida a veces necesita recorrer un camino diferente. No porque sea un destino que nos aguarda inexorable, sino porque cuando la pared contra la que estamos chocando está hecha de hormigón armado, lo más sensato es rodeada y no atravesarla tal y como nos habíamos propuesto.
Es aquí donde la palabra Nagare entra en juego. El agua tiene un objetivo claro. Bajar por la pendiente. Pero se adapta al terreno, fluye con los obstáculos. Modifica el plan según sea necesario. ¿El resultado? Sigue bajando igual pero más rápido y con armonía.
Si encontramos ese punto de equilibrio que nos permita planificar y fluir. Estoy seguro de que podremos llegar mucho más lejos y con la mitad de sufrimiento. Por eso te invito a que tengas presente de aquí en adelante la gran enseñanza que te proporciona la palabra Nagare. Para que te sirva de recordatorio de que a veces, en la vida ocurren acontecimientos que están totalmente fuera de nuestro control y en vez de resistirnos a ellos, lo más inteligente es fluir y adaptarse. Como el agua.
Ya lo decía Bruce Lee, “Be water my friend”
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